River dejó atrás un mes turbulento y festejó el titulo después de cuatro años de sequia.
Con este titulo suma un total de 33 en su historia.
Jorge Edo. Rueda Barquero
Pasaron ocho campeonatos, tres técnicos, muchísimos jugadores y un duro partido final con el necesitado Olimpo para que River volviese a ser campeón local.
River parecía estar destinado a una catástrofe de proporciones universales. Se auguraba una limpieza profunda y ya se hablaba de la partida de Simeone al final del campeonato.
El propio Simeone tuvo siempre la cabeza arriba y mantuvo la fe en que sus muchachos podían alzar la copa, y así le cumplieron.
Empatados en la cima con Estudiantes, el club millonario estaba contra la pared, ya que sus propios seguidores ya tenían sed de ganar algo, y vaya que entendieron las palabras de su afición, para alzar así la copa.
Estudiantes no podía quebrar el cero y con la victoria, River era campeón. Tímidamente el estadio comenzó a levantarse. Olimpo no generaba peligro y River parecía encaminado a un triunfo tranquilo.
Después de desperdiciar un par de jugadas claras, incluida una doble tapada de Ramírez ante Buonanotte y Abreu, nuevamente necesitó de la aparición de una de las grandes figuras de este equipo: Juan Pablo Carrizo.
El mes turbulento quedó en el olvido y River se convirtió en el único ganador del semestre. La derrota de Boca en la Libertadores... fue la frutilla del postre.
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