Argentina sacó buen negocio en Belo Horizonte.
Mucho orden táctico sirvió para que el marcador quedara en cero.
Jorge Edo. Rueda Barquero
Argentina hizo valer su orden táctico para sacar un empate 0-0 de visitante ante su acérrimo rival Brasil, que se quedó con las ganas de un triunfo para revertir la mala imagen que muestra hasta ahora en las Eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Sudáfrica 2010.
Un orden que muchas veces se tornó aburrido, hizo que miles de los aficionados que se hicieron presentes alMineirão, empezaran la silbatina tanto para los visitantes como para los locales.
Aunque fueron escasas las llegadas de gol por parte de ambos equipos, fue el equipo local quien hizo que Roberto “Pato” Abbondanzieri se luciera con un par de tapadas que sin lugar a duda calló el grito de gol de muchos.
Llamó la atención el marcado respeto que Brasil le tuvo a una Argentina que manejó el balón durante mayor tiempo pero que careció de profundidad al atacar. De hecho, la llegada más peligrosa se produjo a los 45 minutos, cuando Fabricio Coloccini metió un pelotazo largo, Lionel Messi se le escapó a Lucio y, al intentar cruzarle el remate a Julio César, le pegó mordido y muy desviado.
En el segundo tiempo las cosas no cambiaron, por el lado de Argentina hubo un disparo elevado de zurda de Julio Cruz, un remate de Lionel Messi que llegó a ser desviado con lo justo por Juan y otro disparo del ingresado Sergio Agüero que se fue por arriba.
A Basile le sirvió el empate para al menos salir indemne ante el rival que le había asestado dos 3-0 en su segundo ciclo en el seleccionado. Dunga, en cambio, se fue abucheado al grito de "burro, burro", pero el empate parece poner a resguardo su continuidad en el cargo.
Cabe resaltar el buen trabajo del desconocido Jonás Gutiérrez, quien tuvo una labor muy importante en el medio campo albiceleste.
Después de disputar seis partidos, Argentina se mantuvo en el segundo lugar de la tabla con 11 puntos, a dos del líder Paraguay, mientras que Brasil ocupa la cuarta posición, con nueve.
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