Veteranos como Landon Donovan y DaMarcus Beasley encabezan al equipo estadounidense, que tiene un punto de ventaja sobre Costa Rica. Bradley también cuenta con el atacante de 19 años Jozy Altidore, recién recuperado de una cirugía y anotador de tres goles ante Trinidad y Tobago.
El entrenador de Costa Rica, Rodrigo Kenton, también apostó a una mezcla de experiencia y juventud, con el llamado de Walter Centeno y Harold Wallace, que disputaron los dos últimos mundiales, y juveniles como Celso Borges, de 21 años.
Ambos seleccionadores subrayaron virtudes del rival y en el caso de Bradley mencionó especialmente al delantero Bryan Ruiz, figura del Gent de Bélgica así como a Borges, al calificarlos como "jugadores talentosos".
"En este momento somos los dos mejores equipos de Concacaf, será una buena prueba para ambos", comentó Bradley.
El timonel estadounidense guardaba reservas por la cancha sintética del estadio Saprissa. Tras reconocerla el lunes, expresó que "es un poquito más rápida y dura. El rebote es diferente, el manejo es distinto", al tiempo que dijo no preocuparse por el ambiente en ese recinto, al que según algunos jugadores ticos, temen los estadounidenses.
"Es un ambiente muy apasionado. Obviamente los costarricenses aman este juego, apoyan a su equipo", resaltó. Expresó que más que una preocupación, "es excitante y desafiante".
Otro reto para los técnicos será terminar el partido con la mínima cantidad de amonestados.
Los estadounidenses suman a cuatro jugadores con cartulina amarilla, pero los ticos tienen a más de 10, entre esos algunos de la base del plantel como Ruiz.
"Es preocupante, pues otra más y no podrán jugar el siguiente partido. Esto nos dice que debemos ser muy cuidadosos en nuestro juego", reconoció Kenton.
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