La ventaja que sacó Saprissa en la ida fue decisiva para la serie, porque la Liga reaccionó con un cabezazo de Núñez ante el gol de Gómez y buscó igualar -sin las armas adecuadas- pero no pudo.
El Monstruo sumó el 16ª sin caer en superclásicos y llega a la final.A pesar de comenzar el juego con ventaja en el global, el Monstruo no quiso vivir de eso y salió a afrontar el copromiso bastante adelantado en la cancha, al punto que dominó las acciones ante un rival que no se animaba del todo a tener la pelota y que veía como sus urgencias se acentuaban cada vez más.Sin embargo, las llegadas moradas no eran del todo claras ni dejaban a sus delanteros de cara al arco de Alfaro. Eran centros, tiros libres desde el costado del área por la cantidad de faltas cometidas por los manudos. En medio de eso, cayó el gol de Alpízar.Emprendimientos aisladosEn lugar de meter otra pelota aérea, la fórmula fue un desborde de Alpízar, que aprovechó los grandes espacios dejados por la defensa rojinegra, que terminó con un tiro de zurda cruzado y rechace mal hecho por Salazar cuando la pelota se iba para afuera. Allí, Gómez la cazó dentro del área y la mandó al fondo.A todo esto, la Liga no había generado nada. Solamente inseguridad en defensa, porque sus defensores -esta vez Nassar en lugar de Michael Rodríguez- no lucían sólidos. Pero en una pelota aislada con un tiro libre de Víquez, Víctor Núñez le ganó a Cordero en el salto, Fausto González se quedó estancado y los manudos igualaron. Sin mucho merecimiento, quedaron a un gol de empatar la serie y con todo el segundo tiempo para buscarlo.Posturas marcadasLos primeros instantes del complemento dejaron en claro que los morados no iban a jugar como en el primer lapso y que Alajuelense tendría que asumir toda la responsabilidad. Y el equipo de Arnáez la asumió, en parte. Tuvo una disposición más ofensiva, jugó más adelante, pero careció de la mismas ideas de ataque que en el primer encuentro.La salida inexplicable de Núñez para dar entrada a Herrera terminó de sepultar las aspiraciones de un conjunto manudo que se salvó en dos contragolpes en los que Armando Alonso estuvo cerca de poner la rúbrica, primero con un cabezazo al palo y después al quitarse la salida de Wardy pero quedarse sin ángulo. En total, no pasó mucho. Saprissa hizo efectivo el gol de la ida y la Liga volvió a colapsar en un escenario similar (lleva 16 clásicos sin festejar), para dejar al archirrival con la chance de revalidar el título ante Herediano.
Fuente: futboltico.com
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